lunes, 4 de abril de 2011

porque necesitamos una misión en nuestra vida...

Corría, corría y corría... Saltando cada charco con pasos agigantados, tiritando a causa del aire húmedo que le dejaba el sabor de la lluvia. Perseguía su objetivo, asfixiando sus recuerdos y luchando sin saber por qué luchaba. Pero ahí esta la moraleja de la historia, nadie sabemos por qué luchamos exactamente, nadie sabemos quienes somos. Necesitamos encontrar nuestra misión en la vida, y eso es algo muy profundo que no se puede encontrar a la vuelta de la esquina...

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